Ruinas del hasta ayer hospital de Kobanê |
Hace escasas horas se hacía oficial la noticia: ISIS ha destruido el hasta ahora hospital principal de Kobanê. Este atentado ha sido perpetrado por varios terroristas del Estado Islámico utilizando para ello supuestamente un coche bomba.
El vehículo, que se encontraba en marcha, logró acceder hasta la posición en la que se encontraba el hospital en uno de los innumerables ataques suicidas que vienen realizando los fascistas. El modus operandi presumiblemente se basa en el cargamento de varios kilogramos de explosivo plástico en el interior del vehículo, el cual es pilotado a toda velocidad por los terroristas contra puntos estratégicos de la ciudad, utilizando para ello a uno o más suicidas que creen recibir como recompensa la estancia permanente en un paraíso donde decenas de mujeres vírgenes están a su servicio.
Esta cobarde estrategia no hace más que demostrar la febril irracionalidad que guía a los fascistas a la hora de desempeñar su labor: desgastar de todas las formas posibles tanto a la población civil como a los combatientes que resisten desde hace más de 100 días el asedio. También demuestra claramente el poco valor de la vida de los soldados rasos del Estado Islámico, utilizados como carnaza por el alto mando fundamentalista en un vano y hasta ahora incesante acoso y derribo en el que Kobanê debe ser tomada para asegurar la frontera con el Estado fascista turco, un de punto de entrada de materiales, armas y refuerzos para el Estado Islámico.
Según el comité de prensa de las YPG/YPJ, desde este momento los distintos centros médicos y hospitales de Kobanê serán situados bajo tierra y cambiarán de ubicación cada poco tiempo para reducir al mínimo las pérdidas humanas y materiales en este tipo de atentados.
Igualmente, el pánico no ha cundido como deseara ISIS entre los habitantes de Kobanê, en la fotografía inferior, un abuelo posa junto a sus nietos en Kobanê, tras asegurar que no pretende huir a Turquía ni a ninguna parte, Kobanê es su ciudad y no la de los terrroristas.
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